El rugby en silla de ruedas tiene su origen en Canadá a fines de los 70. Por esos años empezó a conocerse con el nombre de "murderball", lo que traducido significa "pelota asesina".
El rugby en silla de ruedas tiene su origen en Canadá a fines de los 70. Por esos años empezó a conocerse con el nombre de "murderball", lo que traducido significa "pelota asesina".
Hoy es un deporte paralímpico, en el que las reglas de este juego requieren que los deportistas que lo practican tengan una discapacidad que afecte total o parcialmente ambas extremidades inferiores y superiores.
El rugby en silla de ruedas es un deporte mixto que se juega bajo techo y preferentemente sobre una cancha de básquet con una pelota similar a la de vóley. Es un deporte de contacto, por lo que el roce entre las sillas de rueda es una parte del juego.
El partido se divide en cuatro tiempos de ocho minutos cada uno y se detiene el tiempo cada vez que la pelota sale o se comete una falta.
Dentro de las normas, los jugadores pueden llevar la pelota en las piernas, rebotarla o pasarla. Cada jugador tiene la posesión de la pelota por tiempo indeterminado, pero tendrá que rebotarla por lo menos una vez a cada diez segundos. El objetivo es marcar gol en la línea de fondo del campo, entre dos conos verticales. Sin embargo, es necesario cruzar la línea adversaria con las dos ruedas de la silla.